Apuntes
Como llevo haciendo desde hace ya varios días en el curro, sigo pasando mis apuntes de alemán a unas pocas hojas, organizándolos según temas, contenidos, apartados, para poder dejarlos bien dispuestos para el examen que llega la semana que viene, y este hecho tan poco singular me ha traído a la cabeza varios recuerdos de mis andaduras por la universidad.A esto hay que añadirle el hecho de que vaya a dejar hoy unos apuntes de hace dos años, de mi querida asignatura de Radiocomunicaciones, y que tuve que buscar ayer en el camarote con la inestimable ayuda de la señora, experta en localizar todo tipo de objetos y utensilios.
Como inciso, no es una habilidad extraordinaria suya. Es simplemente que los coloca ella y organiza ella. Es decir, que luego no sabemos dónde hay algo, y recurrimos siempre a ella, para que luego proteste y diga que las cosas hay que dejarlas en su sitio, que luego no sabemos dónde están. Y sí, contertulios, ese SU tiene un doble sentido muy marcado, porque "su" puede referirse tanto a la ubicación del objeto, como al que ella considera que es propio del mismo.
Inciso finalizado, retomamos el concepto original del discurso, que eran los apuntes...
Desde mis últimos años en el colegio, donde por coger apuntes de Biología, en lugar de subrayar el libro, o pasar del tema y estudiar el tocho en su momento, podía sacar un 10 sin necesidad de estar más que un par de horas la tarde o dos tardes anteriores, a los años de Universidad (que sí, sigo siendo universitario, pero creo que se acabó el coger apuntes de las explicaciones), donde los tacos de folios en blanco se volatilizaban en cuestión de días, para verse reemplazados por montones de garabatos y explicaciones casi sin sentido sobre el papel, y que había que meterse en la cabeza en cuestión de días o semanas para aprobar un examen.
Y sí, muchos diréis que el objetivo en la facultad es aprender... y yo, en parte, estoy de acuerdo, pero seamos sinceros... muchas veces el objetivo no es aprender, sino pasar un maldito examen. De ahí que, en alguna ocasión, molesta mucho haber suspendido por poco un examen de una asignatura que más o menos controlas, y de la que te acuerdas después de un montón de términos, y conceptos (que pueden venirte bien o no para tu futuro profesional, ahí no entramos), y que ves que hay otros elementos alotrópicos de la naturaleza que, no dando pie con bola durante todo el semestre, sin pasarse por clase prácticamente, con apuntes ajenos, hayan hecho la quiniela (y encima, siempre les sale bien), se hayan estudiado de memoria en dos días.
Aún recuerdo mis apuntes de Instrumentación Electrónica, por ejemplo, una de esas malditas asignaturas que tanto me molestaron en su día, que ocupaban una caja ellos solos... la de árboles que se habrán talado por culpa de ese profesor; y los de Antenas, y también de Microondas, que al final han llegado a ocupar un palmo de grosor cada una...
Y aunque en ocasiones lo vaya a echar de menos... también doy gracias al jefe de arriba, por haber dado casi el carpetazo a esta etapa. Echaré de menos la prisión donde he estado estos últimos años, pero eso no quita para tener ganas de avanzar de una vez, y comenzar un nuevo capítulo. Pero claro... hasta que no termine con lo último... no podrá ser. Unos meses quedan hasta entonces.
Sólo unos meses más.
Como inciso, no es una habilidad extraordinaria suya. Es simplemente que los coloca ella y organiza ella. Es decir, que luego no sabemos dónde hay algo, y recurrimos siempre a ella, para que luego proteste y diga que las cosas hay que dejarlas en su sitio, que luego no sabemos dónde están. Y sí, contertulios, ese SU tiene un doble sentido muy marcado, porque "su" puede referirse tanto a la ubicación del objeto, como al que ella considera que es propio del mismo.
Inciso finalizado, retomamos el concepto original del discurso, que eran los apuntes...
Desde mis últimos años en el colegio, donde por coger apuntes de Biología, en lugar de subrayar el libro, o pasar del tema y estudiar el tocho en su momento, podía sacar un 10 sin necesidad de estar más que un par de horas la tarde o dos tardes anteriores, a los años de Universidad (que sí, sigo siendo universitario, pero creo que se acabó el coger apuntes de las explicaciones), donde los tacos de folios en blanco se volatilizaban en cuestión de días, para verse reemplazados por montones de garabatos y explicaciones casi sin sentido sobre el papel, y que había que meterse en la cabeza en cuestión de días o semanas para aprobar un examen.
Y sí, muchos diréis que el objetivo en la facultad es aprender... y yo, en parte, estoy de acuerdo, pero seamos sinceros... muchas veces el objetivo no es aprender, sino pasar un maldito examen. De ahí que, en alguna ocasión, molesta mucho haber suspendido por poco un examen de una asignatura que más o menos controlas, y de la que te acuerdas después de un montón de términos, y conceptos (que pueden venirte bien o no para tu futuro profesional, ahí no entramos), y que ves que hay otros elementos alotrópicos de la naturaleza que, no dando pie con bola durante todo el semestre, sin pasarse por clase prácticamente, con apuntes ajenos, hayan hecho la quiniela (y encima, siempre les sale bien), se hayan estudiado de memoria en dos días.
Aún recuerdo mis apuntes de Instrumentación Electrónica, por ejemplo, una de esas malditas asignaturas que tanto me molestaron en su día, que ocupaban una caja ellos solos... la de árboles que se habrán talado por culpa de ese profesor; y los de Antenas, y también de Microondas, que al final han llegado a ocupar un palmo de grosor cada una...
Y aunque en ocasiones lo vaya a echar de menos... también doy gracias al jefe de arriba, por haber dado casi el carpetazo a esta etapa. Echaré de menos la prisión donde he estado estos últimos años, pero eso no quita para tener ganas de avanzar de una vez, y comenzar un nuevo capítulo. Pero claro... hasta que no termine con lo último... no podrá ser. Unos meses quedan hasta entonces.
Sólo unos meses más.
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