Halloween. Introducción
Sin embargo, no tanta gente conoce que es una fiesta tradicional celta, que fue exportada a los USA en las migraciones irlandesas del siglo XIX, y que tiene bastante más miga por detrás que la tontería de disfrazarse para pedir golosinas y crear un ambiente semi-tétrico.
La historia se remonta más de 2500 años. Estamos hablando de una cultura pagana, en el siglo V antes de Cristo. Una época donde la ciencia aún andaba un poco perdida, se iluminaban y calentaban con fuego las frías noches, y las supersticiones y ritos para no enfurecer a los espíritus y dioses eran el pan de cada día.
Si Halloween se sitúa casualmente el día previo al Día de Todos los Santos (hablaré de ello en la tercera parte sobre Halloween), es por la sencilla razón de que el calendario celta terminaba el día 31 de Octubre, la festividad de Samhain, que celebraba el "Año Nuevo" celta.
Para profundizar algo más en el tema del calendario celta, ellos dividían el año en dos estaciones principales: la estación oscura, que comenzaba con Samonios, sobre octubre o noviembre, coincidiendo con la luna llena, y que correspondía con la época de invierno (y parte de otoño y primavera, claro), y la estación clara, que comenzaba en Giamonios, que correspondería con la luna llena del mes de mayo-junio.
Samonios se consideraba el cambio de año, y las festividades de año nuevo se prolongaban durante tres días, conocidos como las tres noches de Samonios, o el festividad de Samhain. Como añadido, y como colofón a esto, Samhain, en gaélico, significa "fin del verano", y es la palabra que se emplea para designar a noviembre.