sábado, noviembre 01, 2008

Halloween. Fiesta de Samhain

En el mensaje anterior hablaba del porqué de la fecha. Ahora toca entrar en materia con qué se celebraba.

Bien, como ya mencioné por encima, Samhain era la festividad del año nuevo celta, equiparable a nuestra nochevieja. Sin embargo, también era la fiesta de la cosecha, y una celebración especial en la que los muertos, esa noche, accedían al mundo de los vivos.

Durante Samhain, el ganado se recogía de los prados para el invierno, y se hacía un balance de los rebaños y los suministros de grano, para decidir qué animales se sacrificaban para poder suministrar alimento al pueblo (Ésta es una costumbre que hoy en día se sigue manteniendo en multitud de granjas de cría de ganado).

Durante la celebración de la fiesta, se encendía una hoguera, al igual que hacemos nosotros en las fiestas de San Juan, a la que se arrojaban los huesos provenientes de los sacrificios (del ganado seleccionado). A menudo, se formaban dos hogueras, entre las cuales pasaba la gente (y en ocasiones también las reses), en un ritual de purificación, del que quedan vestigios hoy en día, prevaleciendo en algunas regiones de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda, y practicado también por wiccanos.

Por último, hay que hacer referencia, cómo no, a todo lo que ha dado lugar a la parafernalia de los disfraces y las actividades de Halloween.

Todo ello está relacionado, como ya he mencionado previamente, con los muertos. Con el cambio de año (celta, para que no lo olvidemos), las barreras entre el mundo de los vivos y el Más Allá desaparecían, por lo que los muertos podían, durante esa noche, caminar por el mundo de los vivos, dándose a la gente la ooprtunidad de reunirse con sus antepasados al coexistir ambos dentro del mismo espacio. Pero como no todos los espíritus eran benevolentes, la mejor manera de ahuyentar a los malvados de los hogares era decorando la casa con motivos desagradables, como calaveras, huesos, ensuciando la casa... de tal manera que pasaran de largo y no pudieran entrar a molestar.

Y cómo no, también hay que mencionar la famosa tradición del "truco o trato". Sin embargo, aquí las opciones no están tan claras, sino que divergen en dos ramas diferenciadas.

Según la primera de las opciones, se reservaba una cantidad de alimentos para consumo exclusivo de los muertos (los cuales, como seres invisibles, se les permitía entrar abriendo puertas y ventanas), pudiendo ser en algunos casos un tipo específico de comida preparado para ellos, o parte de la comida reservada, como si fueran uno más en la familia. Estos alimentos no tenían que ser consumidos por ninguna persona durante la duración de este ritual. Comer la comida (sí, es redundante) de los muertos se consideraba un sacrilegio, y condenaba al infractor a transformarse en un fantasma hambriento tras su muerte, expulsado de poder tomar parte de la fiesta de Samhain.

La otra versión de la historia, más cercana a lo conocido hoy en día en Halloween, habla de que, en la festividad, los pobres asumían el papel de la comunidad de los muertos, e iban de puerta en puerta para recibir ofrendas en el nombre de sus ancestros muertos, en un modo de fortalecer los vínculos entre toda la sociedad. Negarse a entregar una ofrenda se consideraba un acto impío, y podría dar lugar a represalias en forma de destrucción de la propiedad, las cuales, debido al carácter sagrado del ritual, podrían quedar sin castigo.

Y hasta aquí la lección de hoy, día de Todos los Santos. Es posible que, mañana, día de los Muertos, o de los Difuntos, acabe con la trilogía y mencione alguna tradición más, algo más apartada, eso sí, de la festividad de Halloween. No sé a vosotros, pero personalemnte, el hecho de enterarme de cómo era en sus orígenes la historia de Halloween, ha hecho que la vea con algo más de respeto del que tenía, en su día, por la "costumbre yankee". Cuando viva fuera de casa, tal vez la celebre.

1 comentario:

tita hellen dijo...

http://titahellen.blogspot.com/2008/11/standing-next-to-me.html

Mi premio a la proximidad por este blog y por ser como eres.

Un besazo, hermoso