Vacaciones 2007 (Primera Parte: Madriles)
Cómo comenzar a relatas mis peripecias estas vacaciones. Demasiado lejos quedan ya, y mi memoria no es lo que era, que he pasado por otro periodo de exámenes, y los que me conocéis bien sabéis perfectamente que mi memoria se resiente mucho tras una temporada de estrés.
Creo que lo primero de todo fue mi visita a Madrid, a volver a establecer contacto con esas gentes, gentuzas, y gentucillas que por allí pululan, y pasar unos días en compañía de unos cuantos amigos, debiendo, eso sí, observar los esperpentos, extravagancias, personajes, personajillos, y gentes variopintas de los diversos grupos sociales y tribus urbanas que forman la amalgama de la población madrileña. Y por mucho que parezca que salí asustado de allí... quiero volver, antes o después, a pasar por allí otros días. Unos cuantos recuerdos me traje de allí, y unos lazos de amistad más fuertes con aquellos con quienes pasé unos ratos. A resaltar... el sorbete de mango con Mery, las tiendas frikis, la Wii de Carlos (esté donde esté... a ver si da señales de vida, que joñe, se le echa de menos), el God of War II de mis anfitriones, Behi, y las charlas y demás interacciones sociales que mantienen los seres humanos entre sí, un batiburrillo que se echa bastante de menos.
En unas semanas volveré a esa ciudad fea, envejecida, con un montón de carreteras, muchos atascos, y demasiadas personas ocupando las calles (lo siento, madrileños, pero Bilbao es mucho más bonito aunque, por desgracia, le falten las tres cuartas partes de las cosas que tiene "la capi"), pero que me ha acabado gustando, y la que, antes o después, me da que acabaré llamando hogar (brrrrrr, escalofríos).
Creo que lo primero de todo fue mi visita a Madrid, a volver a establecer contacto con esas gentes, gentuzas, y gentucillas que por allí pululan, y pasar unos días en compañía de unos cuantos amigos, debiendo, eso sí, observar los esperpentos, extravagancias, personajes, personajillos, y gentes variopintas de los diversos grupos sociales y tribus urbanas que forman la amalgama de la población madrileña. Y por mucho que parezca que salí asustado de allí... quiero volver, antes o después, a pasar por allí otros días. Unos cuantos recuerdos me traje de allí, y unos lazos de amistad más fuertes con aquellos con quienes pasé unos ratos. A resaltar... el sorbete de mango con Mery, las tiendas frikis, la Wii de Carlos (esté donde esté... a ver si da señales de vida, que joñe, se le echa de menos), el God of War II de mis anfitriones, Behi, y las charlas y demás interacciones sociales que mantienen los seres humanos entre sí, un batiburrillo que se echa bastante de menos.
En unas semanas volveré a esa ciudad fea, envejecida, con un montón de carreteras, muchos atascos, y demasiadas personas ocupando las calles (lo siento, madrileños, pero Bilbao es mucho más bonito aunque, por desgracia, le falten las tres cuartas partes de las cosas que tiene "la capi"), pero que me ha acabado gustando, y la que, antes o después, me da que acabaré llamando hogar (brrrrrr, escalofríos).
2 comentarios:
Hay que repetir sorbete de Mango! y es que, por mucho que nos quejemos, Madrid engancha.
Madrid.. ciudad de contrastes... sin embargo yo ya no puedo vivir sin Madrid. Asi que nada, cuando vengas alguna vez y tengas agenda ya sabes que aqui tienes un amigo.
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