jueves, diciembre 25, 2008

Evil Christmas



Un año más, toca felicitar las fiestas a mis estimados camaradas. Así que... ya sabeis, Evil Christmas para todos.

Ayer a la noche tuve mi tradicional cena de Nochebuena en casa de mis primas. Al fin puedo empezar a hablar de temas decentes con ellas. Se nota que ya van creciendo. Bueno, creciendo... una en sus 21, y la pequeña alocada en sus 19, que al final va a ser caso imposible, pero qué se le va a hacer.

Y poco más, ya tengo mis regalitos. Weeeeeeeeee. Hagamos recuento.

Móvil nuevo. Ya era hora, ya de paso. La tapa del otro cascó hace año y algo, y desde entonces, a pesar de tener la funcionalidad casi completa, a veces resultaba un pelín incómodo para mirar la hora tener que andar abriéndolo y tal. Pero para qué nos vamos a quejar. Me ha venido muy bien, y aún le tengo mucho cariño. Y se lo seguiré teniendo, que conste. Ahora me queda configurar el nuevo, personalizarlo, guardar un montón de contactos que se han quedado almacenados en la memoria del otro teléfono, y demás. A ver si consigo meterle una imagen del símbolo de Heroes (alguien ha dicho friki?).

Segunda temporada de Doctor Who y primera de Torchwood, ambas en un perfecto inglés. Regalo de mi tata de Bristol. Perfectas para mejorar mi nivel de inglés, y lo sé, aunque no debiera, no puedo terminar de quitarles los subtítulos (también en inglés, of course), porque no estoy acostumbrado del todo al British accent. Sorry, tata, my fault.

Una camiseta, que no puedo llevar, y que tendré que devolver, porque me queda estrecha. You know, el maldito gimnasio, que te salen músculos por todos lados y luego te queda todo muy ajustado. Nah, ahora más en serio. Me queda demasiado entallada, y necesitaría una talla más, que a muchos les gustará ir medio apretujados en la ropa, y si hace falta, marcar morcilla, pero como no es mi caso, casi que prefiero cambiarlo, y coger otra cosa más de mi gusto, que el dibujito tampoco me terminaba de gustar. Otra vez de compras. Grmpf. Qué ilusión.

Un cuaderno de esbozos, de pequeño tamaño (9*14cm), que seguramente utilice, más que para bocetos, que sería lo indicado teniendo en cuenta el grosor de papel, para escribir algún desvarío relacionado con una idea que tuve en mente, y que me gustaría retomar este año, si es que las musas resucitan.

Y por último, dos libros. Auto-regalo, pero también cuentan como regalo de Navidad. Uno es Déjame Entrar, de John Ajvide Lindqvist, y el otro es Guerra Mundial Z, del conocido Max Brooks. Es posible que, una vez leídos, haga una pequeña crítica sobre ellos.

Y eso es todo. Pasad bien estos días, y no os atragantéis con las uvas.

Evil Christmas.

martes, diciembre 23, 2008

Cumpleaños helado

Vientos helados soplan desde el Reino Gélido.

Es el cumpleaños de la Reina, y para celebrarlo, un manto blanco cubrirá la tierra durante 24 horas.

Felicidades, mi reina.

Siento no ser mucho más original, pero las musas siguen aún muertas. Estoy reuniendo los elementos necesarios para poder reanimar sus cadáveres, pero hasta entonces... hay que contentarse con lo que hay.

miércoles, diciembre 03, 2008

A vueltas con la salud

Desde luego, parece que no doy una.

Hace un par de semanas estaba griposo perdido, por si no lo habíais notado con el post anterior. Gracias a esa maldita gripe tuve que estar el único finde que había planes para todo y todos en la cama con fiebre. El viernes tenía cena con un amigo de Madrid que volvía a casa como el Almendro (vuelveeeeeee a casa vueeeeelveeeeee, por Navidaaaaaaad) para celebrar su cumpleaños, y en la camita me quedé. El sábado, tenía alemán, y en la camita me quedé. El domingo, por último, tenía concierto con la banda, y en la camita me quedé, después había lunch, con un montón de pinchos, y profiteroles (mmmmmm profiteroleeeeeeees), y en la camita me quedé. Por último, para rematar la faena, a la tarde iba a quedar con el amigo para tomar algo por la muy noble y muy leal villa, y en la camita me tuve que quedar.

Solucionada la fiebre, estuve con una tos de perro, que al toser me dolía toda la tráquea, y por avatares del destino, acabé contagiando al ordenador, que tuve que formatear. No sé qué se habrá perdido por el camino, pero juraría que unos capítulos de House, por lo menos. Y el malestar de tener que reconfigurar todo, dar mil y una vueltas para encontrar los cds de drivers (que tardaron un par de horas en aparecer), y demás.

Ya parecía que todo se solucionaba cuando... tachán, el niño cierra mal el puño al dar un golpe (o unos pocos, realmente) a un balón de fit ball, y llevo desde el viernes con el dedo dolorido. Si no se termina de pasar, acabaré yendo al médico (tendría que haber ido ya, como quien dice), para que me diga que no es nada, pero habrá que ir (¿alguien ha dicho hipocondría?).

Y para más inri, ahora he medio cogido resfriado. No he terminado de soltar una tos, y ya empiezo de nuevo con la moquera. Estoy hecho unos zorros, entre las agujetas casi diarias (¿Quién dijo que el deporte era sano?), y que luego el cuerpo me protesta por los achaques, parece que estoy para que me lleven a reciclar.

Una advertencia os hago. Como tenga la más ligera sospecha de que alguno está manipulando levemente las leyes cósmicas para hacerme alguna, os podéis preparar. Como buen memonio, no pienso dejar las cosas como están, y se las pienso hacer pasar canutas.

PD: No sé qué me pasa hoy, pero salvo la apatía de siempre, empiezo a sentirme (ya desde hace unos días hacia acá, todo sea dicho), más "yo", como si estuviera soltándome de alguna de las cadenas que me tenían (y tienen) medio aprisionado dentro de mi propio ser. Es difícil de explicar, pero me siento a gusto siendo yo mismo, y tengo casi decidido que, por mucho que me digan lo contrario, mi sarcasmo (mal entendido a veces como bordería, aunque un poco también lo sea puntualmente), y mis comentarios mordaces no van a desaparecer. Son parte de mí, y qué cajones, yo también molo como soy.

Hellen, te debo un post.